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Sustrato siempre húmedo
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Pur Plant » Guía cuidado de plantas » Cuidados Jazmín
El jazmín, una de las plantas aromáticas con flor más populares, destaca por su fragancia intensa en el jardín. Con sus delicadas flores blancas o amarillas, el jazmín no solo embellece espacios, sino que también se ha valorado durante siglos por sus propiedades relajantes, tanto en infusiones como en aceites esenciales.
Su aroma inconfundible es sinónimo de frescura y calma. Un buen cuidado asegura que la planta florezca abundantemente, brindando un exquisito aroma. ¿Quién se niega a tener un jazminero al lado?
Mantener el jazmín bien regado, podado y fertilizado no solo promueve su salud, sino que también maximiza su crecimiento y floración. Con lo que dedicar tiempo y esfuerzo al cuidado de un jazminero contribuye a su longevidad y belleza, enriqueciendo así el entorno en el que se encuentra.
Regar un jazmín requiere atención a las diferentes estaciones del año y a las necesidades específicas de la planta. Durante primavera y verano, el jazmín está en su periodo de crecimiento activo. Riega con más frecuencia, aproximadamente 3-4 veces por semana, dependiendo de la temperatura y humedad que tengas. Asegúrate de que el agua drene bien y riega hasta que el agua salga por los orificios de drenaje de la maceta, en caso de cultivar el jazmin en recipiente.
En otoño, disminuye la frecuencia a 1 vez por semana o cada 10 días. Las temperaturas comienzan a bajar y la planta requiere menos agua. Sigue revisando el sustrato; si está húmedo, espera unos días más antes de volver a regar.
Durante el invierno, el jazmín entra en un periodo de descanso. Riega cada 2-3 semanas, o cuando la capa superior del sustrato esté seca. Asegúrate de no dejar que el agua se acumule en la maceta, ya que esto puede provocar pudrición de raíces.
Si tu gardenia o jazmín están en maceta, recomendamos añadir un chorro de humus de lombriz líquido una vez al mes.
El jazmín se beneficia de una iluminación brillante e indirecta. Pero también compartimos algunas cosas a tener en cuenta cuando lo cultivamos en el interior de casa. Aquí algunas pautas:
Coloca tu jazmín cerca de una ventana donde reciba luz brillante, pero evita la luz solar directa, ya que puede quemar las hojas. Si no tienes suficiente luz natural, puedes complementarla con luces de crecimiento para asegurar un buen desarrollo.
Las ventanas orientadas al este o al oeste suelen proporcionar una luz ideal, mientras que las del norte pueden ser demasiado tenues. Gira la planta periódicamente para que todas las partes reciban luz de manera uniforme y evitar que se incline hacia la fuente de luz.
En caso de tener jazminero en el jardín, agradece recibir unas horas de luz directa siempre que el sol no sea demasiado agresivo.
El jazmín prospera en temperaturas cálidas, con un rango ideal entre 15°C a 25°C. Durante el crecimiento activo, prefieren estar en el rango superior de este espectro.
En cuanto a la tolerancia, el jazmín puede soportar temperaturas de hasta 10°C sin sufrir daños significativos, pero por debajo de esta temperatura, especialmente durante períodos prolongados, puede verse afectado. En invierno, es recomendable protegerlo de heladas y corrientes de aire frío para asegurar su salud y crecimiento.
El jazmín es una planta que se adapta bien a crecer en macetas, pero requiere ciertos cuidados especiales para crecer feliz.
El jazmín necesita una buena cantidad de luz solar, pero no debe estar expuesto a sol directo durante todo el día. El sol de la mañana o de última hora de la tarde es el ideal.
Para cultivarlo en el interior de casa tienes que asegurarte que recibe mucha luz natural. Riégalo cuando la capa superior de la tierra esté seca, aproximadamente 3-4 veces por semana en verano y menos en invierno. El jazmín prefiere suelos húmedos pero no encharcados.
Mantén el suelo húmedo pero no encharcado. Riégalo cuando la capa superior de la tierra esté seca, unas 3 veces por semana en verano y menos en invierno. Asegúrate de que la maceta tenga buen drenaje para evitar que las raíces se pudran por el exceso de agua. El jazmín prefiere suelos ligeramente húmedos.
Es importante tener en cuenta la especie de jazmín y la cantidad que se consuma o se maneje para evitar cualquier posible malestar. En caso de duda, siempre es aconsejable consultar con un médico o veterinario.
Por lo general, la planta de jazmín no es tóxica, y sus flores son a menudo utilizadas en infusiones y aromaterapia. Sin embargo, algunas especies de jazmín, como el jazmín de flor blanca (Jasminum sambac), pueden causar malestar estomacal si se ingieren en grandes cantidades. Se recomienda evitar que se mastiquen partes de la planta, ya que podría causarles malestar digestivo.
Y en algunas personas, el contacto con la planta o el uso de aceites esenciales de jazmín puede causar reacciones alérgicas en la piel, como irritación o dermatitis.
El jazmín se puede reproducir de varias maneras, siendo las más comunes la propagación por esquejes y la siembra de semillas.
Para la propagación por esquejes tendrás que seleccionar un tallo sano y sin flores del jazmín. Corta un segmento de aproximadamente 10-15 cm de largo, asegurándote de que tenga al menos un par de hojas. Coloca el esqueje en una maceta con un sustrato orgánico para plantas de interior y bien drenado, como una quinta parte de perlita. Riégalo ligeramente para asentar el sustrato. Mantén la humedad, pero evita el encharcamiento. Coloca la maceta en un lugar cálido y con luz indirecta. Cubre el esqueje para crear un ambiente húmedo, asegurándote de permitir la circulación de aire ocasionalmente.
En unas pocas semanas, deberías notar que el esqueje ha comenzado a desarrollar raíces. Una vez que esté bien enraizado, puedes trasplantarlo a una maceta más grande o al jardín.
Para la reproducción por semillas, si tienes un jazmín que produce flores, espera a que las flores se marchiten y se forme la cápsula de semillas. Una vez seca, puedes abrirla para recolectar las semillas. Llena las macetas o bandejas con un sustrato ligero y bien drenado. Siembra las semillas a una profundidad de aproximadamente 1-2 cm y cubre ligeramente con tierra. Riégalas suavemente para humedecer el sustrato sin encharcar. Coloca las macetas en un lugar cálido y con luz indirecta. Mantén el sustrato húmedo, pero no encharcado.
Las semillas de jazmín pueden tardar varias semanas en germinar. Una vez que las plántulas son lo suficientemente grandes, puedes trasplantarlas a macetas individuales.
Podar el jazmín después de la floración ayuda a controlar su tamaño y fomentar un crecimiento más compacto. Elimina las ramas muertas o débiles. Si tienes variedades trepadoras, proporciona un soporte o guía para que la planta pueda trepar y crecer adecuadamente.
El jazmín, como la mayoría de las plantas, no está adaptado para vivir permanentemente en agua. Aunque algunos esquejes de jazmín pueden enraizar en agua como parte del proceso de propagación, mantener la planta en agua de forma indefinida no es recomendable.
Aunque en teoría podrías intentar cultivar un jazmín de forma hidropónica (en soluciones de agua enriquecidas con nutrientes), no es la forma más fácil ni recomendada para esta planta, que se desarrolla mucho mejor en sustrato.
Deseamos que esta información sea útil y que disfrutes de la experiencia de cuidar tu jazmin.