envío gratis PEDIDOS +49€
ENVÍO EN 24/48H 📦
Luz indirecta o sol parcial
Riego moderado y constante
Entre 10 y 15ºC
Ácaros
Pur Plant » Guía cuidado de plantas » Cuidados Rododendro
El rododendro es una planta ornamental que pertenece a la familia de las Ericáceas y es apreciada por sus espectaculares flores y su follaje. Aunque es una planta que se adapta a diferentes ambientes, los cuidados del rododendro deben de ser los adecuados ya que tienen algunas necesidades específicas que son importantes para tener en cuenta. Aquí tienes los cuidados generales para mantener tu rododendro saludable y floreciente.
Cultivar un rododendro en maceta es una excelente opción si no cuentas con un jardín adecuado o deseas controlar mejor el entorno de la planta. Aunque el rododendro en maceta puede ser un poco más exigente que en tierra, con los cuidados apropiados puede prosperar y ofrecer flores espectaculares.
Lo primero será elegir la maceta en la que vivirá tu rododendro. Un tamaño adecuado suele ser 5-10 cm más grande que el cepellón de la planta y con buenos agujeros de drenaje. El sustrato deberá ser ácido y muy drenante con lo que te recomendamos nuestro sustrato orgánico para plantas de interior.
Aunque los rododendros son resistentes al frío, en invierno, si vives en un clima frío, protege la maceta del congelamiento (por ejemplo, usando una manta para macetas o metiéndola en un lugar más resguardado). Las raíces en macetas son más vulnerables a las bajas temperaturas que las plantadas directamente en tierra.
Reproducir tu rododendro es un proceso divertido que te permite obtener nuevas plantas de calidad. Existen principalmente dos métodos de reproducción: por esquejes y por acodo. En esta sección te vamos a contar la forma más común y accesible, la reproducción por esquejes.
La mejor época para tomar los esquejes de tu rododendro es a finales de la primavera o principios del verano, cuando la planta está activa y en pleno crecimiento. Debes tomar esquejes de ramas semileñosas, de aproximadamente 10-15 cm de largo, que tenga al menos 2-3 pares de hojas, y cortar justo por debajo del nudo. Quita las hojas de bajo para que no estén en contacto con el sustrato ya que se puedan pudrir.
Los esquejes necesitan un ambiente húmedo para enraizar, por lo que es útil usar nuestros terrarios como esquejera, para mantener la humedad alta y evitar que se sequen. Abre la cubierta todos los días para ventilar y evitar el exceso de humedad.
Tu rododendro no necesita una fertilización intensiva, será suficiente fertilizar cada 2 semanas en primavera y verano, cuando están en plena actividad y floración, y en otoño e invierno, reducir esta fertilización cada 4 a 6 semanas.
Los rododendros prefieren temperaturas frescas, entre 15-20°C. Si el clima es cálido, mantén tu planta en un lugar fresco y protegido de vientos calientes y sol directo. Y no debe estar expuesto al sol directo intenso, ya que esto puede quemar sus hojas. Prefiere luz brillante pero filtrada, por lo que una ubicación ideal es en un lugar con luz indirecta.
Los rododendros en maceta necesitan un riego constante, pero no excesivo. Mantén el sustrato húmedo, pero nunca empapado. El exceso de agua en la maceta puede provocar la pudrición de sus raíces.
Si el agua no drena bien en la maceta, las raíces pueden asfixiarse. Asegúrate de que el agua no se quede estancada en el fondo.
Y, ¿qué agua es la ideal? Utiliza el agua que puedas recuperar de lluvia o agua sin cal (agua destilada o filtrada si el agua de tu zona tiene un alto contenido de cal), ya que los rododendros son sensibles a ella y pueden tener dificultades para absorber los nutrientes si el pH es demasiado alcalino.
Conocer la frecuencia de riego para tu rododendro es fundamental para saber cómo lo debes regar. Esta dependerá de varios factores, como el clima, la estación del año y el tipo de suelo, pero en general:
En primavera y verano, la temporada activa de crecimiento, los rododendros suelen necesitar más agua. Así que riégalo cuando el suelo esté seco al tacto en la capa superior, unos 5-7 cm por debajo de la superficie.
En otoño e invierno, durante el descanso vegetativo, tu rododendro reducirá su crecimiento y necesitará menos agua. Sin embargo, si el clima es seco o si hay calor inusual en invierno, o si cultivándolo en el interior y tienes, por ejemplo, calefacción en casa, es recomendable regarlo ligeramente, siempre evitando que el suelo se seque completamente.
El acodo es otro método de reproducción natural y relativamente sencillo, que suele dar buenos resultados con el rododendro. Si te animas a experimentar con la botánica, aquí te explicamos cómo reproducir con esta técnica y con éxito.
Primero elige una rama sana, joven y flexible de tu rododendro, mejor una rama que esté cerca del suelo. Haz una incisión longitudinal de entre 2 y 3 centímetros, en la corteza de la rama (en un área cerca de la base de esta) con un cuchillo afilado y desinfectado. Si deseas aumentar las posibilidades de éxito, puedes aplicar hormona enraizante sobre la herida.
Después dobla la rama hacia el suelo y entierra la sección herida (con la incisión) en el sustrato húmedo y aireado, y asegúrate de que la rama quede fija ayudándola con una piedra o con un alambre. Si cubres la rama con una campana o bolsa trasparente, creará el ambiente húmedo necesario para que enraíce con éxito.
Tras unas 8-12 semanas, la rama debería haber formado raíces. Cuando esto ocurra, puedes cortar la rama de la planta madre y trasplantarla a otra maceta o jardín, y ¡planta nueva y gratis!
Entre los cuidados de tu rododendro, además de la luz, la temperatura, el riego y el tipo de sustrato, es importante también, hacer un seguimiento para la protección contra plagas, y la poda y trasplantes necesarios para mantener la forma y salud de tu planta.
Inspecciona regularmente para detectar ácaros, cochinillas o enfermedades fúngicas como el oídio. Mantén la planta bien aireada y evita el exceso de humedad. Utiliza jabón potásico de forma habitual, como protector e insecticida, antes cualquier sospecha de plaga. Aplica nuestro tratamiento fungicida ecológico, purín de ortigas, ante signos de pudrición o moho en hojas, tallos o sustrato.
Y como últimos cuidados, la poda y los trasplantes. Poda tu rododendro tras la floración para mantener la forma y eliminar flores marchitas. Pero no podes demasiado, ya que esto puede reducir la floración futura. Trasplántala a una maceta más grande o al jardín cuando las raíces llenen la maceta por completo, o cuando la planta crezca mucho, más del doble de altura que la maceta donde aloja sus raíces.