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6h luz directa sol
Moderado y sin encharcar
Clima cálido y seco
Pulgón
Pur Plant » Guía cuidado de plantas » Cuidados Lavanda
La lavanda es una planta aromática y decorativa que, con los cuidados adecuados, puede prosperar en una variedad de entornos. Aquí tienes una guía completa para el cuidado de la lavanda:
La lavanda necesita mucha luz solar directa, al menos 6 horas al día. Busca un lugar soleado para plantarla. Además de alegrar tu patio, terraza o balcón, crecerá muy feliz con esta luz necesaria para ella.
Con respecto al clima, siendo originaria de la zona mediterránea, prefiere climas cálidos y secos. Tolera bien la sequía una vez establecida, pero no le gustan nada los ambientes húmedos.
El tipo de suelo que la lavanda prefiere suelen ser bien drenados, arenosos o pedregosos. Evita suelos arcillosos o que retengan mucha humedad.
El pH ideal del suelo debe estar entre 6.5 y 7.5. Puedes aumentar el la alcalinidad del sustrato de tu lavanda con ceniza de madera o puedes usar nuestra tierra de diatomeas con un 30 % de carbonado de calcio, y además alejarás insectos de ella.
Riega tu lavanda moderadamente durante la temporada de crecimiento (primavera y verano). Deja que el suelo se seque completamente entre riegos. En invierno, reduce el riego al mínimo indispensable para que tu lavanda no se seque y muera.
Asegúrate de no encharcar su sustrato, ya que el exceso de agua puede provocar pudrición de las raíces.
La lavanda no es exigente con los nutrientes, por lo que no necesita mucha fertilización. Puedes utilizar nuestro fertilizante balanceado una vez al año a principios de la primavera.
Fertiliza de manera ligera, ya que el exceso de fertilizante puede disminuir la fragancia y la producción de aceites esenciales.
Realiza la poda de tu lavanda a finales del verano o principios del otoño, después de la floración.
Recorta alrededor de un tercio de la planta, eliminando las flores marchitas y recortando las ramas para mantener una forma compacta. No cortes el crecimiento leñoso viejo, ya que esto puede dificultar la regeneración de la planta.
Elige para tu planta de lavanda una maceta lo suficientemente grande para permitir un buen desarrollo de las raíces. La lavanda tiene raíces largas, por lo que una maceta profunda es ideal.
Prefiere macetas de barro o cerámica por su capacidad para transpirar y permitir un mejor drenaje. Asegúrate de que la maceta tenga agujeros de drenaje en la parte inferior.
Utiliza un suelo bien drenado y ligero, como una mezcla para cactus o suculentas, o prepara tu propia mezcla con arena gruesa y tierra para macetas. Puedes mezclar perlita o gravilla fina para mejorar aún más el drenaje y evitar que las raíces se mantengan demasiado húmedas.
La luz y el clima deben ser los mismos recomendados, siempre 6 horas de sol directo y clima seco.
Riega la lavanda de manera regular durante la temporada de crecimiento (primavera y verano). Deja que la capa superior del suelo se seque antes de volver a regar. Evita el riego excesivo, ya que la lavanda es susceptible a la pudrición de las raíces en suelos demasiado húmedos. El drenaje adecuado es clave.
Fertiliza la lavanda en maceta una vez al año en primavera con un fertilizante equilibrado para plantas de exterior, siguiendo las instrucciones del fabricante. Demasiado fertilizante puede afectar la fragancia de la lavanda.
Realiza podas ligeras después de la floración para mantener una forma compacta y promover un crecimiento saludable. Recorta las flores marchitas para fomentar una floración continua.
En áreas con inviernos fríos, considera proteger la lavanda de las heladas cubriéndola con una manta térmica o trasladándola a un lugar protegido.
Revisa la lavanda periódicamente en busca de plagas como pulgones o ácaros. Trata las infestaciones con insecticidas naturales si es necesario. Asegura un buen flujo de aire alrededor de la planta de lavanda para prevenir enfermedades fúngicas como el mildiú polvoriento.
La lavanda es bastante resistente a plagas, pero puede ser atacada por ácaros y pulgones. Usa insecticidas naturales, si es necesario, como nuestro jabón potásico. Aunque el principal problema de la lavanda suele ser la pudrición de raíces causada por el exceso de humedad, te recomendamos visitar nuestra guía completa de problemas de esta planta para entender mejor qué le ocurre o podría ocurrir a tu planta de lavanda.
La reproducción de lavanda en agua no es el método más efectivo ni recomendado, ya que la lavanda no enraíza bien en agua como lo harían otras plantas más adecuadas para la propagación acuática. La lavanda prefiere suelos bien drenados y se beneficia más de métodos de propagación que promuevan el enraizamiento rápido y saludable.
En agua, las raíces de la lavanda pueden pudrirse fácilmente debido a la falta de oxígeno y al ambiente húmedo constante. La lavanda no está adaptada para crecer en medios acuáticos y puede experimentar estrés significativo si se intenta propagar en agua. Existen métodos más efectivos y menos riesgosos para reproducir lavanda, como la propagación por esquejes o por semillas.
Deseamos que disfrutes de la experiencia de cuidar lavandas, unas plantas de espectacular aroma y alta resistencia.