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La lavanda es una planta versátil conocida por sus múltiples beneficios terapéuticos y usos prácticos. Utilizada en la medicina tradicional, la aromaterapia y la cosmética, esta planta ofrece propiedades calmantes, antiinflamatorias y antisépticas, ¿Sabías que incluye alrededor de 60 especies?
Veamos a continuación una guía paso a paso de cómo plantar lavanda para mejorar tu bienestar físico y emocional, y disfrutar de esta planta mediterránea, propia de nuestros paisajes, en tu balcón, jardín o terraza.
Índice
La lavanda puede plantarse tanto en exterior como en maceta para interior, ya que es una planta muy poco exigente en cuanto a riqueza de sustrato y que puede adaptarse a casi todo tipo de condiciones.
No necesitas que sea una maceta o contenedor demasiado profundo, con unos 30 cm es suficiente.
La lavanda no es excesivamente exigente en nutrientes del suelo, pero sí es muy importante que el sustrato tenga buen drenaje. (Una buena receta de sustrato para lavanda sería: humus, turba y fibra de coco a partes iguales).
Humedece el día de antes el sustrato donde vayas a plantar las semillas. Y al día siguiente entiérralas aproximadamente a 1 cm de profundidad y, si pones varias de ellas en la misma maceta, respeta alrededor de 3 cm de separación entre ellas.
Mantén el recipiente en alguna ubicación cálida, con una temperatura estable de alrededor de 20 º C, y riégalas cada mañana, procurando no encharcar nunca el sustrato.
Cuando las semillas germinen, entre 15 y 40 días después, traslada el recipiente a algún lugar donde las plántulas o pequeñas plantas reciban luz solar directa, aunque de intensidad moderada (el primer sol de la mañana o el último de la tarde.
Más adelante, una vez las plantas hayan crecido, puedes dejarlas en su recipiente o trasplantarlas a diferentes recipientes o incluso al exterior.
Para plantar con éxito una semilla de lavanda en una maceta deberás seguir los pasos que te explicamos en el punto anterior y tener en cuenta que, las semillas debes enterrarlas aproximadamente a 1 cm de profundidad.
Enterrar las semillas a la profundidad adecuada según su tamaño es crucial para su germinación exitosa y el crecimiento saludable de las plantas. Las semillas pequeñas, como es el caso de la lavanda, necesitan estar cerca de la superficie para acceder a la luz solar rápidamente una vez que germinan. Si se entierran demasiado profundo, pueden agotarse antes de alcanzar la luz. Pero deben estar lo suficientemente profundas para acceder a la humedad del suelo sin estar tan cerca de la superficie que se sequen rápidamente. Conceptos del principio de profundidad de siembra que te contaremos en otro artículo…
Y recuerda que, al poner varias de ellas en la misma maceta, debes respetar alrededor de 3 cm de separación entre ellas.
La lavanda florece típicamente en los meses de verano, llenando el aire con su característico aroma y atrayendo a polinizadores como abejas y mariposas.
Por eso deberemos tener en cuenta cuándo plantar sus semillas para dar el tiempo necesario de crecimiento para llegar en fecha a una fructífera floración y poder beneficiarnos de todas las propiedades que nos ofrece esta especie.
La temporada ideal para plantar la lavanda depende del clima local.
Si vives en una zona de clima cálido o suave, el mejor momento para la siembra o para plantar la lavanda es en otoño.
Si, en cambio, vives en un clima más frío, es mejor sembrar o plantar a principios de primavera, una vez las heladas han pasado.
¿Te ha resultado interesante el cultivo de la lavanda? No pierdas la oportunidad de experimentar la actividad básica de la germinación de plantas y compra tus semillas aromáticas aquí.
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Especialista en el cuidado orgánico de Plantas y Flores
Bonjour! Soy Quentin y tras vivir en grandes ciudades como Bruselas y Sydney me di cuenta de la falta de información sobre jardinería urbana. Por ello, decidí (re)conectar con la naturaleza y aprender más sobre la Permacultura y el cuidado de plantas.