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Plantar una piña es un proyecto divertido y relativamente sencillo. Si eres de las personas que le encantan los retos, este puede ser uno muy especial. Ver cómo sale una piña de una planta es toda una fantasía. Siguiendo los pasos que te damos a continuación, verás que esta aventura botánica se convierte en una experiencia gratificante y además, aprenderás como plantar una piña ¡Comenzamos!
Índice
Puedes adquirir tu propia planta de piña aquí o aprender a germinar y sembrarla desde el inicio.
Si optas por lo segundo, aquí te contamos cómo hacerlo paso a paso:
Lo primero será seleccionar una piña madura y saludable. Asegúrate de que tenga un copete (corona) de hojas verdes y firmes en la parte superior. Evita las que tengan hojas marrones o secas.
Para preparar la corona, debes cortarla con un cuchillo afilado, corta la parte superior de la piña, dejando alrededor de 2-3 cm de fruto unido a las hojas.
Deberás quitar la pulpa. Retira la mayor cantidad posible de la pulpa alrededor de la base de la corona para evitar que se pudra.
Y luego pela las hojas inferiores. Desprende las primeras capas de hojas (alrededor de 2 cm) para exponer la base del tallo. Verás pequeños nódulos o raíces en la base.
Por último, deja secar la corona. Coloca la corona en un lugar seco y sombreado durante 2-3 días para que se seque la base y evitar problemas de pudrición.
Ahora hay que germinar la corona que hemos cortado y secado previamente.
Para este proceso te proponemos 2 opciones, en agua, o directamente en tierra.
En agua: Coloca la corona en un vaso con agua, sumergiendo solo la base donde están los nódulos. Cambia el agua cada pocos días para mantenerla limpia. Después de unas semanas, comenzarán a aparecer raíces.
Cuando las raíces midan unos 5 cm, trasplántala a una maceta con un sustrato bien drenado.
Directamente en tierra: Llena una maceta con un sustrato bien drenado, como una mezcla de tierra para macetas y arena. Haz un pequeño agujero en el centro y coloca la corona con cuidado. Compacta ligeramente la tierra alrededor. Asegúrate de mantener el sustrato ligeramente húmedo durante todo el proceso de crecimiento.
Ahora que tenemos la corona de la piña enraizada y ya trasplantada en maceta o en el suelo, coloca la planta en un lugar donde reciba luz solar directa durante al menos 6-8 horas al día.
Riega moderadamente, dejando que el sustrato se seque entre riegos. Y muy importante, evita el encharcamiento.
Mantén la piña en un lugar cálido, preferiblemente con temperaturas entre 20-30°C.
El trasplante, si la has cultivado en maceta, es opcional, pero si la piña crece demasiado, puedes trasplantarla a una maceta más grande o directamente al jardín en un clima cálido.
Plantar una piña en maceta es una excelente opción si no tienes espacio en el jardín o si quieres cultivar una piña en un entorno controlado. Selecciona una maceta que tenga al menos 30-40 cm de diámetro ya que las piñas tienen raíces extensas.
Asegúrate de que la maceta tenga suficientes agujeros de drenaje en la parte inferior para evitar el encharcamiento, lo que puede causar pudrición de las raíces. Evita que el agua se acumule en la roseta de hojas, ya que esto puede promover enfermedades fúngicas.
Aplica como fertilizante humus de lombriz líquido cada 4-6 semanas durante la temporada de crecimiento (primavera y verano). Y, aunque la piña no necesita mucha poda, elimina cualquier hoja muerta o dañada para mantener la planta saludable.
Ahora viene la parte más complicada, poner a prueba tu paciencia. Una planta de piña puede tardar entre 18 a 24 meses en producir su primera fruta, pero la espera vale la pena.
¿Y cuándo puedes cosechar? La fruta estará lista cuando esté completamente dorada. ¡Simplemente corta la piña madura y disfruta del fruto de tu trabajo!
Siguiendo estos pasos, puedes disfrutar de una piña fresca y cultivada por ti mismo en casa. ¡Buena suerte con tu cultivo!
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Especialista en el cuidado orgánico de Plantas y Flores
Bonjour! Soy Quentin y tras vivir en grandes ciudades como Bruselas y Sydney me di cuenta de la falta de información sobre jardinería urbana. Por ello, decidí (re)conectar con la naturaleza y aprender más sobre la Permacultura y el cuidado de plantas.