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Los cactus son ideales para decorar tanto en interior como en exterior. Cuando eliges cactus minis, te decantas por una planta de alta rusticidad, bajo mantenimiento y muy respetuosos con el planeta por su bajo consumo de agua. Si tienes una oficina, son perfectos para complementar con espacios rodeados de ordenadores pues absorben las radiaciones electromagnéticas emitidas por estos dispositivos.
¿Sabías que todos los cactus son suculentas? Pertenecen a una única familia, la de las cactáceas, que se caracterizan por almacenar agua en su interior. En su evolución, transformaron sus hojas en espinas. ¡Alucinante! Por ello, evita a toda costa los excesos de riego o los acabarás ahogando.
Tener cactus en casa no solo es beneficioso para nuestra salud, sino que también lo es para nuestras mascotas. Generalmente, no hay cactus tóxicos, por lo que nuestros peludos no correrán peligro si los mordisquean. Eso sí ¡cuidado con sus espinas!
Aunque sus flores no son su gran atractivo, cuando un cactus florece es inevitable sentirnos felices. Sus pequeñas y coloridas flores nacen como consecuencia de haber crecido en unas condiciones óptimas de luz, temperatura y humedad. Por otro lado, es curioso conocer que sus espinas cumplen funciones como las de proteger la planta del sol, actuando como defensa ante los predadores e incluso les sirve para captar agua y condensar humedad. En contacto con el sol, se forman en ellas unas gotas que resbalan hacia el centro de la planta y se dirigen a la base permitiendo una absorción a través de sus raíces.
