El romero es una de las aromáticas más agradecidas. Tolera la sequía, espanta plagas y queda de lujo en la cocina. Pero no por eso se puede plantar de cualquier forma. Saber cómo y cuándo plantar romero es clave para que se desarrolle bien. No se trata solo de meterlo en tierra.
Hay que conocer sus tiempos, su espacio y lo que necesita para echar raíces con fuerza. Así se convierte en un arbusto robusto, lleno de aceites esenciales y con un aroma intenso. Si aciertas en el arranque, él se encarga del resto.
Índice
Cómo plantar el romero
Lo primero para acertar con el romero es el lugar. No lo pongas donde le falte luz. Necesita sol directo, al menos seis horas al día. Si no lo tiene, crecerá débil y con menos aroma. En su hábitat natural está expuesto al sol y a suelos pobres. Hay que imitar eso para que sienta que está en su sitio.
Cómo plantar el romero bien empieza con el terreno. Que sea drenante. Nada de encharcar o tendrá dificultad en mantenerse sano. Si tu suelo es muy compacto, mézclalo con perlita, arena o grava. Haz un agujero del tamaño del cepellón. Coloca el plantón o la planta que has comprado. Una vez plantado, rellena los laterales y presiona un poco para no dejar bolsas de aire. No entierres más de lo necesario ya que puedes favorecer la aparición de hongos. Además, el romero no emite raíces nuevas desde el tallo como otras plantas. Riega justo después, pero sin pasarte. Y luego, riegos más espaciados. Prefiere la sequía al exceso de agua. Es planta de secano, no lo olvides.
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Cómo plantar romero en maceta
Cómo plantar romero en maceta no tiene misterio si se hace con lógica una vez sabes imitar su hábitat natural. Empieza por una maceta con una profundidad de mínimo 30 cm. Esta planta tiende a hacer raíces profundas así que dale espacio para ello. Y, si es de barro, mucho mejor. El barro regula mejor la humedad y la aireación. Asegúrate de que tenga buen drenaje. No es necesario poner platos debajo que acumulen agua ya que el romero no lleva bien quedarse encharcado. Si el agua no sale, las raíces se asfixian y eso, en esta planta, se nota rápido.
Para el mantenimiento en maceta, como el romero no tiene acceso a los nutrientes del suelo como en tierra, hay que abonar. Usa abonos orgánicos, tipo humus de lombriz o fertilizante líquido, una vez al mes en primavera y verano. En otoño, espacía. En invierno, nada de nada. También es importante girar la maceta de vez en cuando si está en balcón o terraza para que crezca simétrica y no se incline buscando la luz. Si ves que las raíces asoman por debajo, toca trasplantar a una más grande. No lo dejes apretado.
Cómo sembrar el romero
Cómo sembrar el romero desde la semilla es más lento. Pero también más gratificante porque la ves nacer. Lo ideal es hacerlo a partir de marzo, cuando ya no hay riesgo de heladas. Usa bandejas de semillero o macetas pequeñas. El sustrato debe ser muy fino y con buen drenaje. Humede semillas y sustrato antes de sembrar. Esparce las semillas por la superficie y cúbrelas apenas con una capa muy fina de tierra. Si las entierras demasiado, no germinan.
Coloca el semillero en un sitio cálido, entre 18 y 22 °C. Con luz natural, pero sin sol directo. Riega con pulverizador para no mover las semillas. La germinación tarda de 15 a 30 días !Ten paciencia¡ Una vez que salgan las plántulas, no las trasplantes enseguida. Espera a que tengan unos cinco centímetros y varias hojas. Entonces ya puedes pasarlas a una maceta individual o al suelo. Hazlo con cuidado, usando una cucharilla o un palillo. Las raíces son muy finas al principio y se dañan fácilmente.
El éxito está en los detalles. Preparar bien el terreno, elegir el momento justo y no pasarse con el agua. También observar y ajustar si algo no va bien. Se constante. Si haces las cosas bien desde el principio, el romero te lo pone fácil. Es una planta agradecida, pero como todo en cultivo, necesita atención. Cuídalo un poco, y tendrás romero para años.
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Especialista en el cuidado orgánico de Plantas y Flores
Bonjour! Soy Quentin y tras vivir en grandes ciudades como Bruselas y Sydney me di cuenta de la falta de información sobre jardinería urbana. Por ello, decidí (re)conectar con la naturaleza y aprender y transmitir mi conocimiento en el cuidado de plantas.